CURILLA (Meloe majalis)
Este es un escarabajo perteneciente a la familia de los meloidos es bastante curioso, no sólo por su forma que no parece la de un coleóptero, sino también por lo complicado de su metamorfosis.Las hembras de esta especie (foto) tienen los élitros muy pequeños en contraste con el abdomen que es muy desarrollado para poder albergar los miles de huevos que hace en la puesta. Esta cantidad ingente de huevos es necesaria para compensar la pérdida de individuos (larvas) que sufre como consecuencia de su metamorfosis tan complicada.
Apareándose |
La hembra después de aparearse con el macho, excava un agujero en el suelo en el que deposita los huevos y que luego cubre con arena dejando el lugar como si nada hubiera pasado.
Excavando para la puesta |
Una vez nacen las larvas de los huevos, estas tienen que trepar por el tallo de una planta y dirigirse hacia una flor. Allí esperar a que llegue una abeja a la que poder encaramarse y que la lleve hasta la colmena donde se bajará para dirigirse en busca de una larva de abeja de la que dará buena cuenta. Tras lo cual se estará alimentando de la miel que le surtirán las abejas . Realizará su primera metamorfosis, para seguir alimentándose de polen en la colmena
Estos escarabajos todo de color negro pero con unos tonos rojos, están advirtiendo a los posibles depredadores de su toxicidad, por lo cual al ser molestados o verse amenazados, exudan como medida disuasoria, un líquido rojo y maloliente de entre los segmentos del abdomen y que en la mayoría de los casos suele ser suficiente para auyentar al enemigo.
Recuerdo que cuando niño en el campo nos encontrábamos un curilla, como lo llamamos por aquí debido a su traje negro y bordes rojos parecido al que llevaban los antiguos seminaristas, les tirábamos una saliva para hacer que expulsara ese líquido rojo tan característico.
Hembra en plena puesta |
Alimentándose |
Preámbulos al apareamiento |